Los regidores perpetuos reafirman su mandato sobre la ciudad en una histórica, fría y prenavideña procesión extraordinaria
PABLO DURIO | La fe en Cádiz tiene dos pilares fundamentales. Unas bases sólidas sobre las que se asientan siglos de tradición y un estrecho vínculo forjado a base de epidemias, guerras, explosiones y otros desastres que han dado forma a la ciudad y ante los que la población siempre ha recurrido a sus imágenes devocionales; por encima de todas ellas, al Nazareno y a la Patrona. Este 8 de diciembre, en medio de una pandemia que amenaza con revivir sus llamas con una sexta oleada, el Señor de la Santa María y la Virgen del Rosario han vuelto a reafirmar que son esos pilares fundamentales de eso que los que presumen de conocimiento llaman piedad popular. Los bastones de la fe, simbolizado en los que una y otra imagen lucen en cada salida para reafirmar su condición de alcaldes perpetuos de Cádiz.
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