
Como es habitual, el Consejo filtra los integrantes de la candidatura a un solo medio de comunicación
En el año del Jubileo de la Esperanza pocas esperanzas podemos tener los cofrades de la ciudad en que el mundo las hermandades vaya a ir a mejor.
A un obispo que parece que no se va a ir nunca, por mucho que lo deseemos, hay que sumar un Consejo que va a ofrecer durante otros cuatro años más de lo mismo. Prueba de esto es sin ir más lejos la casposa política de comunicación del Consejo filtrando noticias a un medio, olvidando que hay más en la ciudad, a los que después le pide que den difusión a los actos que organiza y cualquier asunto al que deseen dar relevancia.
La falta de profesionalidad y el querer todo gratis son las señas de identidad de la comunicación del Consejo Local de Hermandades y Cofradías de Cádiz. Eres lo que comunicas, dice una máxima de la comunicación.
Pues la comunicación, o más bien la ausencia de ella, con una web desactualizada, unas redes sociales que no publican nada y un trato desigual a los medios a los que parece que se compra con una torrija en el desayuno previo a la Semana Santa, es uno de los muchos debes del actual y futuro consejo.
Prácticamente las mismas caras, el mismo olor a rancio y a naftalina y mínima presencia femenina (la que hay es por rellenar el expediente) son las credenciales del nuevo proyecto de Juan Carlos Jurado, al que por cierto se le permite optar a un tercer mandato, al contrario de los hermanos y hermanas mayores.
Pocas esperanzas de que el «nuevo» consejo vaya a poner freno a los continuos desmanes y fechorías de los directores espirituales que se creen Dios y hacen y deshacen en el seno de las cofradías según se levanten de la cama ese día.
Pocas esperanzas en que el nuevo Consejo se enfrente al Obispado en su incesante diarrea de normas estúpidas y absurdas con el fin de perjudicar a las hermandades. Recordemos una vez más que un gran porcentaje de las personas que cada día entran en una iglesia lo hacen a través de una hermandad.
Pocas esperanzas en que efemérides como el Año Jubilar de la Esperanza sirva para fomentar el culto externo y poder salir a la calle. Y eso que se cuenta con un Ayuntamiento con sensibilidad con los cofrades, a los que ha concedido incluso un concejal por primera vez en la historia.
Pocas esperanzas en que el Consejo deje de utilizarse para saldar cuentas personales con determinadas personas sin importar que las cofradías las forman muchos hermanos y hermanas.
Pocas esperanzas en que el nuevo consejo halle la fórmula mágica que cree una carrera oficial que guste a todos y evite un exceso de aforamiento y permita en caso de necesidad evacuar una zona en minutos.
Qué lástima que no haya surgido una alternativa que al menos hubiera generado debate. Que aunque no hubiese ganado, al menos hubiera apretado algo, porque no hay nada menos motivador que la ausencia de competencia. ¿Dónde están esos y esas cofrades jóvenes y con ganas que tanto tienen que aportar? ¿Para cuando se les espera?
Manolo de la Varga López
Periodista y creador de www.SemanaSantaCadiz.com