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El Consejo Local, que mantiene una muy buena relación con el Ayuntamiento, busca también la colaboración municipal necesaria para poder llevar adelante esas actividades extraordinarias
Despejada por el Obispado de Cádiz la incógnita sobre las salidas procesionales, la reunión de los representantes de las cofradías andaluzas con la Junta de Andalucía ha confirmado, como era previsible, que por parte de la administración autonómica hay voluntad por respaldar en lo posible a las hermandades. Entre las muestras de colaboración, la Junta se ha mostrado receptiva en cuanto a la viabilidad de ayudar económicamente a las hermandades en una solicitud conjunta de Sevilla y Cádiz. El Gobierno andaluz ha vuelto reconocer la labor que han hecho las cofradías especialmente durante estos últimos meses de pandemia en los que no han dejado de atender a quienes lo necesitaban. Pero para continuar con esa tarea y, teniendo
en cuenta que la situación económica no se presenta nada favorable para las corporaciones, se hace imprescindible como nunca antes esta aportación.
En ese sentido, Sevilla parece que lo tiene claro. Porque tras la Semana Santa hay caridad pero también hay turismo, hostelería, artesanos, floristas, bandas de música… De hecho su alcalde ya ha anunciado ayudas de un millón de euros al Consejo Local para de esa forma apoyar el proyecto cultural para la Cuaresma y la Semana Santa y reactivar a los sectores afectados por la suspensión de las procesiones.
En Cádiz, el Consejo Local, que mantiene una muy buena relación con el Ayuntamiento, busca también la colaboración municipal necesaria para poder llevar adelante esas actividades extraordinarias que se quieren desarrollar durante esta próxima Cuaresma y Semana Santa, si la situación lo permite. La exposición, ya anunciada por el presidente y que parece del agrado de todos los cofrades, precisa no solo de la implicación unánime de las hermandades sino también de la colaboración del Consistorio gaditano que tendrá que ceder un espacio para albergar dicha muestra. Por cierto, que puestos a elegir, la Casa de Iberoamérica es el lugar que más gusta al Consejo para esta exposición en la que se podrá ver con detalle buena parte del patrimonio procesional de las corporaciones.
Al margen de esta iniciativa, las acciones se van a centrar principalmente como ya se sabe en el interior de los templos y para ello es vital la cooperación de los párrocos y directores espirituales de las hermandades. Porque de nada sirve planificar unos cultos más solemnes, más trabajados y cuidados si después hay impedimentos por parte de los rectores de los distintos templos o bien porque las hermandades no se ponen de acuerdo. Será este un punto importante que tendrán que analizar los hermanos mayores en el próximo pleno del lunes ya que al final, las pretensiones de todos, pasan por el consenso y la disposición de quienes rigen sus respectivas sedes canónicas. Es evidente que no resulta lo mismo que en una misma iglesia haya una que cuatro hermandades. En algunos casos como pueden ser San Lorenzo o Santa Cruz habrá que hilar muy fino, por lo que una vez más hará falta la coordinación y ayuda de todos.
Mientras se plantean todos estos propósitos, el calendario avanza con la misma rapidez que lo hace la pandemia. A todos nos gustaría poder tener un pronóstico certero de lo que va a acontecer en los dos próximos meses, febrero y marzo. Pero las circunstancias mandan y, pese a que previsiblemente hay disposición por parte de todos, siempre queda pendiente la manida coletilla de «si la situación lo permite». Esa es la realidad de todo esto. Por eso hay que confiar en que los ánimos no decaigan y la actividad cofrade no cese.