El autor de «Semana Santa de Cádiz» desvela en su libro que la primera imagen que procesionó en Cádiz fue creada por manos indígenas y que ya en el siglo XVII había palios en nuestra ciudad
El universo cofrade gaditano cuenta con una nueva publicación, Semana Santa de Cádiz, centrada en su patrimonio artístico, un aspecto que como su propio autor reconoce, pasa inadvertido para la mayoría de los gaditanos.
Él es Carlos Maura Alarcón (Cádiz, 1995) doctorando en Historia del Arte por la Universidad Nacional Autónoma de México. Con anterioridad, se graduó en la Universidad de Sevilla, donde igualmente realizó el Máster en Patrimonio Artístico Andaluz y su Proyección Iberoamericana. Es Premio del Ayuntamiento de Cádiz a la excelencia académica y Premio Extraordinario fin de estudios de la Universidad Hispalense
Ha trabajado para la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, para el Obispado de Cádiz y Ceuta y para varias empresas más relacionadas con el ámbito de la cultura.
Carlos Maura
El libro, publicado por la editorial Almuzara es un pormenorizado recorrido por la Semana Grande de esta ciudad, utilizando como punto de partida las imágenes que procesionan para, a través de la mirada del autor, ir desgranando los hitos, historia e idiosincrasia de esta Fiesta Mayor.
Desde sus humildes inicios hasta su esplendorosa evolución en la actualidad, este estudioso de la Semana Mayor gaditana va desentrañando los misterios que le han dado forma, siendo un hecho muy significativo el que sea una imagen realizada por manos indígenas en el Nuevo Mundo la primera que procesionó por las calles de Cádiz.
“La Semana Santa de Cádiz es una fiesta altamente compleja y difícil de estudiar. Principalmente, por todas las dimensiones que coinciden en ella. Nadie puede negar su naturaleza religiosa, que explica su razón de ser y da sentido pleno a su celebración, pero igualmente no podríamos obviar que forma parte de nuestra cultura, y que sus límites trascienden —a veces de forma inconciliable— el credo de cada cual que participa de ella y en ella”, comenta el autor.
En definitiva, Historia de la Semana Santa de Cádiz es una obra que, aparte de incitar a la reflexión por los acertados análisis de su autor, recoge perfectamente la historia y el alma de un pueblo a través de una devoción que ha persistido durante muchos años, y que, si bien ha evolucionado con el devenir de los tiempos, mantiene la esencia de sus raíces.
Hablamos con Carlos que a pesar de las 8 horas de diferencia horaria, nos atiende vía telefónica desde México donde según cuenta, Pablo Amador le comentó que uno de los temas que tenia pendiente sobre la historia del arte en Cádiz era el patrimonio americano y le ofreció hacer la tesis doctoral sobre eso. «Entre él y Lorenzo Sierra aquí estoy haciendo esta investigación. A partir de noviembre vuelvo. Quisiera destacar que la Universidad Nacional Autónoma de México segunda universidad en calidad de habla hispana del mundo.
¿Cómo nace la idea de escribir un libro sobre el patrimonio artístico de las hermandades de Cádiz?
La historia nace en febrero del año pasado cuando se pone en contacto conmigo la editorial Almurzara a través de Miguel Ángel Castellano. Le cuento un poco lo que tengo en mente le gusta la idea y firmamos el contrato y ya desde febrero del año pasado empiezo a sistematizar toda la información que tenía.
Para la fotografía, que también es una parte súper importante del libro, he tenido la suerte de contar con grandes fotógrafos como José Antonio Sánchez García y Pablo Martínez .
fue así como nace el proyecto del libro que es realmente la investigación que yo hago casi desde mi inicio en la historia del arte. Esta ha sido la oportunidad de sacar a la luz muchos de esos datos que yo tenía en el ordenador. Y bueno.
Ha sido más que un trabajo de investigación, aprovechar lo que ya tenía hecho de tanto tiempo. Tenía muchos datos guardados que había ido sacando s puntualmente. Y ahora he tenido ocasión de darle un discurso para poder enfocar el estudio de la Semana Santa de Cádiz. Hay varias publicaciones sobre nuestra Semana Santa, pero son muy pocas las que lo hacen desde la profesión de la historia, del arte.
En la introducción del libro pongo como antecedente a Lorenzo de la Sierra que es el primero que me aporta ese matiz científico al estudio de las cofradías. No se queda simplemente en recopilar datos, sino que da un discurso coherente que intenta plantear cuestiones que nunca antes se habían dicho.
Si hablases ahora con una persona que no conozca la Semana Santa de Cádiz. Desde el punto de vista artístico, ¿Qué destacarías tú?
Diría que la Semana Santa de Cali resume casi a la perfección la historia de la propia ciudad, no solo a través de la imaginería o del patrimonio. sino también porque es una fiesta con la que la sociedad se identifica y hay gente que pasa todo el año esperando que llegue la Semana Santa, y yo me incluyo.
Nuestro Padre Jesús Nazareno
Los gaditanos la vivimos como una intensidad muy fuerte. Para conocer a la ciudad de Cádiz, no se puede obviar la Semana Santa, independientemente de que uno sea católico o no, cofrade o menos cofrade, pero es algo que habla de la propia ciudad, algo a lo tenemos que atender.
¿Tú crees que los gaditanos y gaditanas son conscientes del patrimonio artístico con que cuentan las cofradías de Cádiz?
yo soy optimista. Yo creo que cada vez hay una nueva conciencia, hay un nuevo cuidado con el patrimonio y la gente cada vez sabe más lo que tiene en las manos.
En las últimas décadas del siglo XX hay un momento en el que el patrimonio se veía con otros ojos, con más descuido. No con menos cariño ni mucho menos, pero sí como con otra forma de entenderlo mucho más adaptado a los tiempos.
Ahora sí tenemos la conciencia de un respeto a la obra. Somos conscientes de que muchas de la piezas que tenemos entre manos nos han sido heredadas desde hace siglos. Y ese peso hay que saber llevarlo. Las Juntas de Gobierno de cualquier hermandad tienen que ser conscientes de que sus decisiones depende que las generaciones futuras puedan conocer esa obra en el mismo estado en el que nosotros la hemos conocido.
Cada vez se está viendo un nuevo cuidado en la restauración de las imágenes titulares y ahí siempre parte una lanza en favor de los grandes restauradores que trabajan para nuestras cofradías, por ejemplo Pilar y Álvaro, o Fabián de la empresa Ars Nova.
Son personas muy cualificadas que hacen grandes trabajos con imágenes. Ya sería impensable que se dejara la imagen a un imaginero o escultor que la rebajara o la cambiara, como se ha visto durante tantísimos años en nuestras cofradías. Yo creo que cada vez, afortunadamente hay una nueva conciencia.
En Cádiz ha habido dos momentos claves para pérdida del patrimonio religioso: la invasión anglo holandesa y la guerra civil, que quizá no fue tan destructiva como otras ciudades, pero ahí se ha perdido gran parte del patrimonio. ¿Tú destacarías otro momento?
Ahí se perdió muchísimo, y no tanto en la Guerra Civil, más bien en los años 30, durante la República, pero tampoco podemos obviar que, también hemos sido muy destructores con el patrimonio, que muchas veces cuando no gustaba una imagen se cambiaba o se tiraba o se regalaba… No sé cuántos retablos se han tirado en nuestras iglesias en los años 40 y 50 y 60, cuando se empieza a aplicar el Concilio del Vaticano Segundo.
Una pregunta comprometida: de las imágenes que tiene Cádiz. ¿Cuál destacarías desde un punto de vista artístico o histórico?
Bueno, pues eso es muy difícil, yo diría que casi imposible de responder, porque cada imagen nos está hablando de una circunstancia totalmente diferente. Yo, como historiador del arte, cuando hablo de la importancia de una imagen, no sólo me dejo llevar por factores estéticos, sino que hay que reconstruir el contexto de esa imagen.
Todas las imágenes de Cádiz nos hablan de una época concreta que es la de su hechura y vive su evolución con el paso de del tiempo hacia ese carácter que nos habla mucho de la identidad de lo gaditano, y a eso le sumamos la calidad que tienen muchas de nuestras imágenes titulares, entonces ya estamos hablando de una pieza muy, muy renombrada.
Dolores de Servitas
Siempre se corre el riesgo de dejar alguna fuera, pero por ejemplo, ahora tengo en mente la imagen de los Dolores Servita, que que marca un canon en todo el siglo XVIII no sólo en Cádiz, sino en parte de la bahía y se expande por el sur peninsular. Por supuesto, El Nazareno que siempre ha sido un el oráculo de la ciudad de Cádiz.
Yo soy de la Cofradía de Humildad y Paciencia y tampoco me duelen prendas en decir el cristo es otra de las obras cumbre. No sólo de la ciudad de Cádiz, sino de la imaginería barroca española en su conjunto. Cádiz tiene la inmensa fortuna de tener unas imágenes únicas en el mundo.
En tu libro hablabas de que la primera imagen que procesiona en Cádiz era de origen americano.
Sí, efectivamente, el Cristo de la Vera+Cruz antiguo y se conserva. Lo conserva la la hermandad en la casa de hermandad y en 2016, cuando se celebra el 450 aniversario de la Cofradía de la Vera-Cruz y de la llegada de los franciscanos, la hermandad decide restaurarlo. Se lo entrega al restaurador Fabián Pérez Pacheco de la empresa Casanova y desde entonces, tras su restauración, está dispuesto en la antisacristía de San Francisco.
Sabemos que en San Francisco había hasta cinco Cristos de papelón o de lo que se conoce como material ligero, que posiblemente provenían de de América. Precisamente antes hablábamos de los crímenes en torno al patrimonio y en los años 40 los frailes franciscanos consideraban que la obra eran de poco valor y la quemaron. Se perdió ahí una gran cantidad de información valiosísima, pero no ese Cristo que se ha identificado con ese primer titular de la Cofradía de la Vera+Cruz, que posiblemente sea la primera imagen que procesional en el siglo XVI.
Y de las imágenes que se han perdido, ¿hay alguna que te haya llamado especialmente la atención o o que hayas lamentado tú más su pérdida?
Yo cada vez que veo que pienso en lo que se ha perdido me dan ganas de chocar la cabeza con la pared como el muro de las lamentaciones. La Iglesia de la Merced era un joyero enorme y desgraciadamente conocemos muy poco de de lo que había. También, por ejemplo, se conoce poco de la Dolorosa que tenía la Cofradía de Jesús Nazareno, que sabemos que tenía hasta tres dolorosas y se guardaban en los almacenes, y que desgraciadamente desaparecieron con la quema.
Se conoce la documentación, sabemos que se encargan a Benito de Hita Castillo. Se conservaba incluso la del siglo XVI, y se sabe de un escultor genovés, Antonio Molinari al que se le paga por una de las dolorosas.
No hay ni siquiera fotografías de la mayoría de las imágenes que se han perdido. Los historiadores tienen apañarse con lo que se ha podido encontrar, no solo por, fotografías sino por también documentación, que a veces también es muy parca.
Te quería preguntar por el Cristo de la Buena Muerte, de todas esas teorías que hay sobre su origen, ¿con cuál te quedas?
Es difícil quedarse con una teoría en particular. De hecho, ni siquiera muchas veces los datos que tenemos sobre el mismo se han podido comprobar. Ya en los años 50 un historiador de El Puerto de Santa María, Hipólito Sáncho de Sopranis fue el que dijo que el Cristo de la Buena Muerte llega en 1649, que costó 300 ducados, pero realmente son documentos que no sabemos si hacen referencia a este Cristo o no, si ha podido haber cambios con los años.
Hay muchísimas incógnitas sobre el mismo. Al Cristo verdaderamente lo considero una obra de fuera de España. Ya Miguel Ángel Castellano precisamente habló sobre su posible origen romano, de los talleres de Algardi. Yo creo que es la línea que ahora hay que investigar. No veo tan claro que se pueda atribuir a Algardi, pero sí que es cierto que el convento tenía muchas piezas romanas que sí he podido conocer por la documentación y no sería descabellado pensar que una de esas piezas que llegaron de Roma a la ciudad, es el Cristo, aunque no sea de Algardi. Pero sí creo que tenemos que mirar a Italia y en particular a Roma.
Semana Santa de Cádiz, el libro de Carlos Maura
Y en cuanto a tu libro, háblanos un poco cuántas páginas tiene, cómo se estructura los capítulos o cómo lo has planteado
Tiene en torno a unas 300 páginas. Mi intención con el libro es que la obra de arte fuera la protagonista. Nosotros estamos acostumbrados en todos los libros que hay, un aspecto histórico por una parte y en la otra el del patrimonio . Yo como historiador del arte considero que la pieza artística es precisamente la que nos narra la historia. Y eso es lo que yo he pretendido con el libro, que la obra de arte es la protagonista de la Semana Santa.
Yo partía de una hipótesis a la hora de plantear este discurso que ya la pudimos anticipar en la exposición que se celebró en 2021 en el museo. En esa exposición tanto Pablo Durio, como Juan Jesús López Gámez como yo tuvimos ocasión de de abordar un poco ese patrimonio que conservan las cofradías.
Nos enfrentamos a un reto que era que todas las cofradías tenían que tener cabida en la exposición y había que contar una historia. Y ahí nos dimos cuenta de que si queríamos incluir todas las hermandades teníamos que ceñirnos en el siglo 20, no sólo porque buena parte de esas cofradías se fundaron en el siglo 20, sino porque, incluso las más antiguas, cambian totalmente su patrimonio en esa centuria.
Este libro es un poco como la reflexión que nace de esa exposición, porque para contar la historia de la Semana Santa de Cádiz tenemos que hacerlo en el siglo XX. En ese momento se produce un cambio muy grande y yo lo que planteo es que precisamente no se produce un cambio solo estético, sino que era la propia fiesta de la Semana Santa la que nace en ese momento.
Es decir, que aunque siempre se ha dicho que la Semana Santa de Cádiz nace en el siglo XVI, realmente el concepto de la Semana Santa global como fiesta de la fe, de la sociedad gaditana, considero que nace a finales del siglo XIX. Hay ahí algunos hechos muy elocuentes, como por ejemplo que se funda la Junta de Hermandades por Cayetano del Toro y hay un impulso por recuperar antiguas devociones y precisamente en el siglo XX se acrisola esa identidad de la ciudad en torno a su Semana Santa.
Es por eso que todo el patrimonio se crea nuevo, porque la propia Semana Santa estaba naciendo en ese momento. Ésa es la hipótesis de la que yo parto para hacer el libro. Entonces lo justifico en varios apartados, que son los capítulos que presenta el libro.
¿Esta reorganización o impulso de la Semana Santa que cuentas de Cádiz pasa en otras ciudades o un fenómeno exclusivo de la ciudad de Cádiz?
Sí, sí, eso pasa en todas la ciudad. Digamos que es un fenómeno muy habitual desde el principio del siglo XX o finales del siglo XIX, pero yo creo que se nota especialmente aquí, porque Cádiz es una ciudad que siempre ha mirado hacia fuera, o sea, la identidad de Cádiz siempre ha mirado hacia afuera. Nunca ha sido una ciudad que contase con grandes talleres, con grandes artistas, ni nada. Siempre se ha abastecido de todo lo que tenía a su alrededor, y precisamente en estos momentos Sevilla se erige en el gran foco de la Semana Santa a nivel nacional y los cofrades gaditanos no tuvieron problemas desde principios del siglo XX en asimilar una estética que no era la suya.
Cádiz se vio absorbida por esa vorágine que apareció a nivel nacional en torno a Sevilla. Todo el patrimonio se crea entonces mirando a Sevilla y no supuso ningún tipo de complejo, pero con el paso de las décadas, el que Cádiz haya absorbido una una tendencia que era ajena, tanto en la estructuración de la cofradía en la calle, como en el acompañamiento. A la larga, con el paso de las décadas, ha creado ahí una tensión entre los cofrades gaditanos que hay que estudiar.
Cádiz desde los años 70 se es, se sume en una especie de problema constante por la identidad de su Semana Santa. Nosotros tenemos que investigar por qué sucede eso, Yo lo que planteo es precisamente por qué asumimos una estética con la que Cádiz no se correspondía.
¿Así se explica por ejemplo que Lágrimas de Columna saliese con palio a principios de siglo?
Sí. En el año 1926 creo que era cuando se hace el palio de la Virgen de las Lágrimas, que además, es uno de los momentos que estudio en el libro porque tuve ocasión de acudir a las actas de la cofradía y fue un encargo muy polémico. Incluso acaba con dimisiones en la Junta de Gobierno de la época.
Lo cierto es que Cádiz ya sacaba palios en el siglo XVII y en el XVIII. La Cofradía de Humildad y Paciencia lo nombra en su en su inventario. Ya sabemos perfectamente que el templete fue una moda de principios del siglo XIX y por eso aunque se dijo que la identidad de Cádiz era el templete, pero no deja de ser una moda pasajera precisamente cuando se hace el palio, digamos que se recupera un estilo de guardar las imágenes que ya Cádiz había experimentado hacía muchos siglos.
Lo que cambia es la codificación que tenía en ese palio, que no se hace mirando los antiguos que tenía la ciudad de Cádiz, sino que se hace mirando el modelo sevillano.
El libro cuesta 21,90 euros. Me parece baratísimo para una obra así de con tanta página, tanta información y con tanta fotos ¿Dónde se puede adquirir? ¿Dónde lo podemos comprar?
En Internet se encuentra fácilmente, está disponible en la página de Almuzará y en otra más. Y después en Cádiz. sé que Quorum lo tiene porque me han mandado dos fotos que estaban en el escaparate. Más allá de eso, no sabría decirte exactamente porque la labor de distribución, no es mia.
¿Y cuando tienes pensado volver a Cádiz o aunque sea de vacaciones o temporalmente?
Desde el mes que viene, desde el 28 de noviembre, estaré por allí por Cádiz y posiblemente el 14 de diciembre se haga la presentación oficial del libro. Estamos cerrando el sitio y la fecha y demás.
Para terminar háblanos un poco de la estructura del libro
El libro tiene tres capítulos y la introducción. En ella selecciono las 10 piezas claves de la Semana Santa de Cádiz, con un breve comentario sobre ellas que nos habla un poco de la historia de la propia Semana Santa.
Después, en el primer capítulo abordo las imágenes titulares, la historia de la imaginería en nuestras cofradías. La segunda parte estudia la hermandad de puertas hacia dentro, es decir, la arquitectura de las capillas, los retablos y las imágenes enfermeras también, por ejemplo, que es algo que casi nunca se miraba. Y ya por último, la tercera parte es sobre el patrimonio procesional, que donde hablo de esa renovación que te comentaba que se hacen en el siglo XX.
Finalmente acabo con una reflexión donde intento responder qué es lo que hace única la Semana Santa de Cádiz. Hay algo en Cádiz que nos diferencia del resto de las ciudades.