Una procesión es algo muy sencillo: un paso andando y una banda, si hay, tocando detrás; no cabe nada más ni hay que inventar absolutamente nada
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La senda es peligrosa. El camino debe ser radicalmente distinto, que el norte está en el norte y no es bueno desviarse. Las procesiones son lo que son, y sacar las imágenes a la calle es un culto muy serio que debe cuidarse en los tiempos que corren. En torno a las procesiones no caben los espectáculos, no valen esos shows que de vez en cuando regala esta ciudad cuando confunde el término extraordinaria, que hace referencia a la salida de un paso fuera de su fecha y no a que la procesión en sí tenga que ser algo distinto a lo que es.
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