No obstante, confiemos en quienes trabajan en busca del bien común, sin intereses particulares
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Ahora que las hermandades de gloria toman el relevo a las de penitencia son ya muchos los cofrades que se preguntan cuándo habrá de nuevo una salida procesional en Cádiz. Como ya sucedió el año pasado, algunos hacen sus cábalas y predicciones y se aventuran a pronosticar una fecha. Recuerdo que entonces con gran optimismo e ilusión mirábamos hacia el 7 de octubre, el día de la Virgen del Rosario. Pero avanzaron los meses y esa probabilidad se desvaneció rápidamente. Está claro que los precedentes de poco sirven cuando hay un verdadero deseo de que algo se convierta en realidad. Y por mucho que la situación pueda ser complicada, es cierto que la esperanza nunca nos falta. Los más críticos
dirán que resultamos cansinos con el tema y que con tanta incertidumbre como existe cómo es posible si quiera pensar en eso. Pero no deja de ser una cuestión que al final nos interesa a todos, cofrades o no, porque el día que haya de nuevo una procesión en la calle supondrá que habremos recuperado la normalidad que tanto esperamos.
Mientras esto no llega, solo podemos confiar en que sí lo hagan las vacunas y únicamente podemos afrontar los próximos meses con la certeza de que tal día como hoy, dentro de un año, será Sábado Santo.
Hasta entonces, al margen de volver a ver un paso en la calle, quedan muchas cosas pendientes e importantes para los cofrades. Una de ellas es que estos días hay varias hermandades inmersas en la conformación de sus equipos para los próximos cabildos electorales. Igualmente, el propio Consejo Local de Cofradías de Cádiz tendrá que elegir a los miembros de su junta Permanente a finales de junio. Será a partir del 12 de mayo cuando se abrirá el plazo para presentar las candidaturas. Aunque el actual presidente, Juan Carlos Jurado, aún no se ha pronunciado oficialmente, parece que optará a la reelección para seguir adelante y culminar los distintos proyectos que ha iniciado en este primer mandato.
Es admirable que en medio de estas circunstancias tan adversas haya personas dispuestas a formar parte de una junta de gobierno o de la Permanente del Consejo porque ello requiere una gran responsabilidad y a su vez, mucha dedicación, muchísimo tiempo. Con la finalidad de estar al servicio de la hermandad en cuestión y de la Semana Santa de Cádiz, se sacrifican horas de estar con la familia. Se descuenta tiempo de ocio y descanso… y surgen también demasiadas preocupaciones. Como se ha comprobado en bastantes ocasiones la tarea no es fácil. Y las críticas, numerosas veces injustificadas, llegan por todos lados. No sabemos qué pasará en mayo, ni en junio… ni cómo estaremos cuando llegue octubre. Es imposible tener la verdad absoluta de las cosas. No obstante, confiemos en quienes trabajan en busca del bien común, sin intereses particulares. Y aceptemos que hay decisiones que aunque no nos gusten, si se adoptan, es porque son las más sensatas.