Melchor Mateo dimite como capataz general de Ecce Homo

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Melchor Mateo

La hermandad lo califica como «un ejemplo de lealtad, entrega y devoción a Nuestros Sagrados Titulares»

La Archicofradía del Ecce Homo informaba días pasados que Melchor Mateo Amaro ha comunicado su decisión de renunciar al oficio de Capataz General de la Archicofradía a través de una carta enviada el pasado miércoles 23 de noviembre de 2022 a la Secretaría de la hermandad.

El Hermano Mayor, informada la Junta de Gobierno, ha aceptado su dimisión y, de común acuerdo, desean expresar públicamente su más sincero agradecimiento por el encomiable trabajo que ha realizado durante 16 años frente a los pasos de los titulares de Ecce Homo.

Desde la archicofradía se señala que «Melchor Mateo Amaro es, sin lugar a dudas, un ejemplo de lealtad, entrega y devoción a Nuestros Sagrados Titulares y estamos convencidos que el cese de su actividad como capataz tan sólo cierra un capítulo más de su vida en esta Archicofradía que, como no puede ser de otra forma, tiene muchos otros nuevos por escribir».

Carta de Dimisión de NHD. Melchor Mateo Amaro.

Cádiz, 23 de noviembre de 2022

Querido Jaime:

Tal y como hablamos hace unos días en la Iglesia de San Pablo, con este escrito doy carácter de formalidad a mi decisión de no continuar al frente de los pasos de Nuestro Padre Jesús de Ecce Homo y María Santísima de las Angustias.

Como sabes, gracias a la confianza recibida por la Junta de Gobierno y, sobre todo, por tu persona, estaba dispuesto a seguir teniendo el honor de estar al frente de las cuadrillas de Nuestros Titulares. Sin embargo, en el inicio del trabajo he sentido que no tenía las fuerzas suficientes para encarar un año más este proyecto y poder desarrollarlo como se merece nuestra querida Archicofradía.

Siempre he defendido que un hermano tiene que tener una vocación de servicio hacia la hermandad y he tratado de ser fiel a este principio. Cuando me ha necesitado o me ha confiado cualquier responsabilidad, he intentado responder a lo que me pedía. Por ese mismo precepto, creo que el mejor servicio que puedo hacerle ahora mismo a Ecce Homo es dar un paso al lado para que otras personas tomen el relevo y puedan afrontar la organización de las cuadrillas de cara al Martes Santo con el empuje que se requiere.

Otra de las frases que he utilizado en numerosas ocasiones, es que sólo soy un hermano de Ecce Homo que circunstancialmente he tenido el honor de estar como capataz, durante muchos años al frente del paso de Nuestra Señora de las Angustias y San Juan Evangelista, y en los últimos también de Jesús de Ecce Homo. Esta circunstancia se ha prolongado durante 16 años en dos etapas en las que he tratado de dar lo mejor de mí mismo, pensando siempre en el bien de la hermandad por encima de cualquier otro aspecto.

Quiero agradecer a todas las Juntas de Gobierno que han confiado en mí para ejercer esta responsabilidad pudiendo vivir el inmenso honor de estar cada Martes Santo al frente de mis Titulares; esos a los que he querido desde que tengo memoria y que siempre querré. Este agradecimiento va especialmente a las de esta última etapa de nueve años que ahora concluye, con Ramón Sánchez Heredia al frente cuando me nombró en 2013, y ahora contigo, querido Jaime.

Hay cosas que te hacen sentir orgulloso de pertenecer a una hermandad y que uno nunca olvida. A veces, las relaciones entre las juntas y los martillos suelen ser complicadas pero en mi caso puedo sacar pecho por mi archicofradía porque cuando más me he sentido cuidado es cuando más lo he necesitado. Hay muchos ejemplos pero me vienen a la memoria el año 2016 los gestos que tuvisteis ante la enfermedad de una persona vital en mi vida; al final de este pasado Martes Santo complicado cuando sentí vuestro aliento y respaldo al trabajo realizado pese a que no fue fácil hacerlo; y, por supuesto, el momento de mi conversación en la que te comunico, con mucho pesar y tristeza, que no puedo continuar. En un momento que estaba muy emocionado tratando de verbalizar el mal momento que estaba pasando, encontré en nuestro fiscal Alejandro Mendoza y en ti a dos amigos que miraban por su hermano, por la persona por encima del proyecto. Este agradecimiento quiero que se lo hagas extensivo también a la Junta de Gobierno que presides por el cariño con el que siempre se me ha tratado.

En este capítulo de agradecimientos quiero dejar constancia de mi gratitud eterna a todos los cargadores que han formado parte, a lo largo de todos estos años, en Angustias y también en el Señor de Ecce-Homo. Sin ellos los capataces no somos nadie. Ellos han puesto de su parte para que todos Martes Santo esta bonita historia pudiera materializarse. Ahora doy un paso al lado pero, como ellos mismos saben, los Titulares han de estar por encima de las personas y, por ello, estoy seguro de que se van a poner a disposición de los nuevos capataces que nombre en un futuro próximo la Archicofradía para que esta aventura tenga continuidad.

También doy las gracias al equipo de auxiliares que me ha acompañado durante todo este tiempo y que siempre ha sabido ayudarme, calmarme, llamarme la atención a veces, y siempre dar su opinión con ánimo constructivo. Especialmente quiero tener una mención hacia Julio Camacho, una persona fiel y amiga que muy pocas veces te encuentras en la vida.

No puedo olvidar por supuesto a las personas que han sufrido mis ausencias, mis quebraderos de cabeza, mis nervios, mis malos humores pero que siempre han sabido entender que esta hermandad forma parte de mi manera de ser y de sentir. Gracias infinitas a mi mujer Coral, sobre todo, y a mis hijos Lupe y Gonzalo.

También a mis padres, que siempre me inculcaron esa vocación de servicio a Ecce Homo y el amor por Nuestros Titulares.

Lamento que esta decisión que tomo cause un cambio en la hoja de ruta marcada, un inconveniente inesperado. Sin embargo, aunque dejo de ser capataz, me pongo a disposición de los nuevos responsables de los pasos que la cofradía nombre en un futuro cercano para colaborar con ellos en la transición y en todo lo que necesiten.

Y, por supuesto, me pongo a disposición de la junta de gobierno y de cada hermano de Ecce Homo porque dejo de tener una función pero esa vocación de servicio permanecerá intacta y seguiré cumpliendo mis devociones y obligaciones como hermano, colaborando en aquellos proyectos que se vayan a emprender, con mi vida activa dentro de la hermandad, con mi asistencia a los cultos y, por supuesto, vistiendo el hábito de la archicofradía, mi archicofradía, hasta que tenga fuerzas. De este modo, cumpliré algo que llevo grabado a fuego: “Nací siendo de Ecce Homo y moriré siendo de Ecce Homo”.


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