Hay hermandades como Sanidad, Las Aguas o Columna, que han retrasado sus cultos cuaresmales y otras están pendientes de la evolución de la situación
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ANA MENDOZA. Tras casi un año desde que comenzara esta nueva forma de vida que sobrellevamos como podemos, nos hemos acostumbrado a posponerlo prácticamente todo. Aplazamos por responsabilidad los reencuentros con la familia, con los amigos, las compras, los viajes, las excursiones… Se retrasan los ensayos, los conciertos, los espectáculos… A diario vemos cómo la mayoría de esas citas que tenemos previstas para un determinado momento se tienen que suspender a la espera de que la situación sea algo más favorable para todos.
Con los actos cofrades sucede lo mismo. Desde enero, el Consejo de Cádiz ha pospuesto la presentación oficial del pregonero y de un cartel de Semana Santa que este año, que genera gran expectación, se desvelará más tarde
que nunca. Por ahora también hay hermandades como Sanidad, Las Aguas o Columna, que han retrasado sus cultos cuaresmales y otras están pendientes de la evolución de la situación por si llegado el caso tienen que hacer lo mismo. Ya saben, de momento, Cádiz capital se salva de tener que suspender toda la actividad no esencial pero cada lunes y cada jueves hay que estar muy atentos.
En este escenario, que incluso ha llevado a la cancelación de los cultos mensuales de algunas corporaciones, tampoco se ha comunicado aún cómo será el desarrollo de un Vía Crucis fijado en principio para el 22 de febrero. Porque todo está condicionado por la inestable tasa de incidencia. Si la semana que viene baja no habrá problemas pero ¿qué pasará con este acto si se superan los 1.000 contagios?
En este contexto han transcurrido ya tres semanas de aquel último pleno que celebraron las cofradías gaditanas en el que decidieron todos los actos que se pretendían llevar a cabo durante la Cuaresma y la Semana Santa. Desde entonces hasta ahora las circunstancias no han acompañado sino más bien todo lo contrario.
Pese a ello las hermandades siguen trabajando como pueden y el Consejo insiste en mantener la prudencia sobre el futuro más inmediato. En los templos se empieza a sentir la cercanía de la Cuaresma y los equipos de mayordomía se implican especialmente en ello vistiendo a las imágenes para recordarnos el tiempo litúrgico que se aproxima. Esperanza, no queda otra. Solo a ella nos podemos aferrar para salir de esto.
Aunque la realidad nos supere, hay que ser optimistas y confiar. Hay que pensar que llegarán días mejores y se harán realidad las propuestas que planteaban los hermanos mayores. Entre ellas, la de la exposición de enseres cofrades. Cierto es que en la fecha en la que estamos no existe mucho margen de error pero ya de momento se han iniciado los primeros trámites, se cuenta con la financiación necesaria y se ha empezado a contactar con algunas corporaciones para que cedan aquellos bienes que se quieren exponer.
Reconozco que, viendo la situación, tenía mis dudas con respecto a que este proyecto no quedara también aplazado pero parece que todo marcha y si no hay nuevos inconvenientes que sean infranqueables, Cádiz tendrá su muestra cofrade esta Cuaresma y estoy convencida de que estará a la altura de la grandeza del patrimonio de las hermandades.